Siendo que al parecer todos en mis círculos, sufren la semana santa, pues solo nos dieron una semana (siendo que la tradición en este país era de dos) y que a algunos nos han dejado exhorbitantes toneladas de tarea, bueno, pareciera que mas que vacaciones, son un fin de semana alargado para hacer tareas y estudiar.
Pero no todo es fatalismo, pues anoche vi a mi antiguo director de teatro, con el que me inicie en este maravilloso mundo, acá, en mis tierras de origen. Bueno, la cosa es que hablamos mucho, de las cosas que veo, de las cosas que creo, pero sobre todo del progreso que he tenido como artista (actor-bailarin-cantante) y un poquito de la experiencia que he adquirido como medico.
En la original compañía en la que estuve, era como de 10 gentes, y había muchos rencores, envidias y demás, lo peor ocurría porque ninguno de ellos eran artistas de verdad, solo se sentían artistas. Pero oh no señores, para ser artista, artista de verdad, también hay que estudiar y mucho.
La compañía actual esta compuesta de 30 y tantas gentes, dos fotógrafos, un publicista, varios maquillistas y vestuaristas, y como 8 actores "flotantes"(entre ellos yo).
Lo bonito fue, cuando anoche, mi director me pidió que les diera clases de tap, jazz y clásico (ballet) a los chicos de la compañía actual, ya que confia en la experiencia que he adquirido al estudiar danza y para que me conozcan los chicos nuevos, porque al parecer me tienen en un plan de semidiós teatrero, quizá porque el director me presume por haberme iniciado, o quiza por ser el único que se atrevio a ir a la capital a estudiar teatro y danza.
La invitación me halagó muchísimo, y no lo pense dos veces en decirle que si. Ahora en mi cabeza repaso los mil y un ejercicios, los calentamientos, los estiramientos, de todo para al rato mostrarle a los chicos como se hace y sacarles una sonrisa del gusto y un grito del dolor que causa aprender a danzar.
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